Entrevista realizada para IFEX la red global de lucha por la libertad de expresión. La entrevista fue publicada el 25 de marzo de 2021.

En este segundo tramo de la entrevista (Ver primera parte de la entrevista aquí), conversamos con Vaca Villarreal acerca del rol del periodismo profesional ante el avance de la desinformación y cuáles son los mecanismos de protección más eficaces ante amenazas físicas y el acoso digital.

Vanina Berghella: En otro momento mencionabas el trabajo del periodismo en relación con el acceso a la información. Ahora quisiera que nos enfocáramos más en algunos aspectos del ejercicio profesional del periodismo. 

En este contexto de pandemia, hablamos de la gran cantidad de información que se difunde por fuera del trabajo de calidad del periodismo. ¿Cuál crees que debe ser el rol en este momento del periodismo frente la circulación de noticias falsas o desinformación? 

Pedro José Vaca Villarreal: Yo siento que al venir de trabajar diez años con periodistas, para mí es más importante que el periodismo sobreviva. Yo creo que hay dos riesgos. Cuando yo hablo de periodismo, hablo de medios grandes y pequeños. El periodismo está en peligro de extinción y es un riesgo real que no siempre se dimensiona por parte de los actores de la sociedad. Sin embargo [el periodismo] también está en riesgo de captura. Está en riesgo de ser capturado por actores públicos, por actores privados, incluso por actores de otras latitudes (esto es algo muy sensible).

Creo que esto conlleva una profunda reflexión. Yo creo que el hecho de que se acabe un medio siempre será una mala noticia. Independientemente del medio de comunicación. Creo que hay que avanzar y ojalá la Relatoría pueda estar sumando a esa conversación: que todo tipo de medio de comunicación encuentre la forma de estar más fuerte, sobre todo por la función democrática que tienen los medios de comunicación dentro de la sociedad. Una sociedad dispersa, que está encapsulada en burbujas de filtro; una sociedad que puede estar aturdida de tanto ruido, necesita del periodismo. Y necesita del periodismo para estar identificado o para tomar distancia. Lo que no puede pasar, lo que nos toca trabajar para que no pase, es que el periodismo desaparezca, o que se transforme a un punto tal en el que no perece [pero tampoco] cumple una función periodística.

VB: Enfocándonos puntualmente en el trabajo de los periodistas, hay un aspecto que es insoslayable, y es que en algunos países se ejerce violencia extrema contra ellos. ¿Cuáles son las medidas de protección que consideras  más adecuadas y que se pueden implementar para acompañarlo/as? 

PJVV: Yo creo que hemos hablado muchos años de protección y creo que estándares de protección hay. También creo que cuando no se proporciona protección no es porque no se sepa qué hacer, es porque no se quiere o no se hace de manera oportuna; o porque hay muchas trabas para que eso que toca hacer, que es proteger a los periodistas, se materialice.

Yo creo que a la Relatoría le toca, de cierta manera, dejar de recitar para empezar a ayudar a la implementación. Y esto lo digo de manera muy enfática porque creo que el estándar por sí mismo no salva vidas. El estándar de protección que hemos redactado no salva vidas. Lo que puede salvar vidas es la implementación de ese estándar.

Creo que el momento es propicio en la medida en la que a nivel global hay una discusión, a nivel safety plan de las Naciones Unidas para la protección de periodistas contra la impunidad. Hay obligaciones acentuadas, compromisos de varios países en avanzar en estas agendas; y ahí el asunto es implementar los estándares existentes.

Pero sí hay una violencia que me parece que está creciendo y que me parece que es intolerable en cualquier sociedad democrática. Y ya no me refiero a la violencia de los grupos armados organizados; o de las bandas o de las mafias, que ésa hay que enfrentarla con los organismos de seguridad de los Estados y protegiendo a los periodistas. Hay una violencia un poco más simbólica, que es el discurso estigmatizante por parte de liderazgos públicos. Hay líderes políticos, líderes públicos en todos los países de la región que no se sonrojan en absoluto cuando hacen discursos denigrantes contra la prensa. En muchos casos no es que ni siquiera estén amenazando al periodista…

VB: Desacreditarlo, eso alienta a toda su comunidad a hacer lo mismo.

PJVV: Es casi fabricar una atmósfera adversa a la libertad de expresión de los periodistas.

VB: Una autocensura.

PJVV: Desde una posición de responsabilidad.

VB: Y esto también genera mucha autocensura por parte de los periodistas.

PJVV: Y las consecuencias son tremendas. La primera es que los seguidores de ese líder político se van a ver alentados, casi que van a sentir que tienen el permiso de agredir a los periodistas. Pero también los periodistas van a tener o tienen la reflexión en la cual plantean que “si la consecuencia de criticar a este líder político es esta, a lo mejor no vuelvo a hablar de esta persona”. Y ahí pasa lo que tú planteas: la autocensura.

La autocensura es el fracaso último [de los periodistas] y la mayor victoria de quienes quieren censurar, porque ya ni siquiera tienen que hacer nada, ya se generaron las condiciones para que la decisión sea tomada por quien se quiere expresar libremente, pero no siente confianza para hacerlo.

Eso se ve exacerbado por las redes sociales. Al final, las redes sociales tienen unas métricas hasta cierto punto no explicadas, pero que para las personas son importantes. Entonces, cuando un periodista hace una nota y tiene muy buena receptividad, es un gran día para ese periodista, se va a dormir satisfecho. Pero cuando esas mismas métricas son en contra o se utilizan para ejercer violencia contra mujeres periodistas; cuando se utilizan para atacar, amenazar, intimidar; pues ese día a lo mejor no duerme y a lo mejor al día siguiente empieza con la reflexión de si quiere seguir haciendo periodismo, o si lo sigue haciendo con respecto a determinados temas. Es un asunto muy muy sensible.

La justicia y la protección en el ámbito digital

VB: Hablábamos de las medidas que se pueden tomar cuando una persona quiere hacer una denuncia porque se siente absolutamente acosada, intimidada, incluso algunas veces amenazada a través de las plataformas digitales, pues suele ocurrir que la legislación tradicional no acompaña esos procesos, o no lo hace de manera rápida. Ahí hay un vacío, no solo en el caso de los periodistas, sino también de los activistas de libertad de expresión, que parecen no encontrar un acompañamiento.

PJVV:  No estoy seguro que haya un vacío. Es un tema más asociado a los tiempos. De acuerdo con mi experiencia, la gran mayoría de las veces, a la arquitectura institucional, como por ejemplo el sistema judicial, si se le presentan ese tipo de casos, lo más seguro es que no se entiendan todos los factores que están involucrados. Ahí la cuestión, o el desafío, no es tanto frente al mecanismo, sino qué tan preparado está el mecanismo judicial para analizar una situación que es mucho más compleja que analizar una ley.

Cualquier sistema judicial necesita de unas reglas y un debido proceso que son casi antinaturales si uno los contrasta con las dinámicas digitales. Ahí hay también un factor de ansiedad. Hay ansiedad por participar y hay ansiedad por tener relevancia en el espacio público; pero también hay ansiedad por que si pasara algo adverso, se resuelva muy pronto. Aquí hay un componente de la estabilidad emocional de los usuarios, de las redes sociales, del impacto tanto positivo como negativo a niveles exagerados.

Y volvemos al punto de la alfabetización digital. No solo es estar conectado sino tener las habilidades, trabajar para que se desarrollen las habilidades, para que ese tipo de cosas puedan ser asumidas sin que se sacuda tan fácilmente la ansiedad, la frustración, la indignación; que es como una palabra clave en redes sociales, un fósforo.

VB: Me atrevería también a agregar que la alfabetización digital también es importante fomentarla más en los ámbitos judiciales. Creo que ahí también hay una brecha que debe romperse, pues tienen este desafío de trabajar con dimensiones para las que quizás hasta ahora la ley o la legislación no estaba preparada. 

En este sentido también te pregunto respecto de estas otras metodologías de persecución contra los periodistas que tienen que ver con persecución judicial u hostigamiento de este tipo. Se está notando este elemento como uno de los métodos para callar las voces de los periodistas en la región. 

PJVV: Sí, sí. No de ahora sino de hace bastante tiempo. La Relatoría, durante la primera década de los años 2000 estuvo muy concretada en estos temas. Hubo casos en la Corte Interamericana. Creo que hay estándares suficientes para aplicarlos en el marco de esta persecución judicial, en algunos casos, al ejercicio de la libertad de expresión.

Pero yo creo que parte de los síntomas de una enfermedad de censura que toca empezar a evaluar y a monitorear desde la Oficina es que hay muchos estándares que están ahí pero que son despreciados deliberadamente. O que aún se invocan en el marco de esos procesos, pero se desconocen sin que haya un mejor argumento.

Yo creo que la libertad de expresión y los propios estándares tienen que estar también sometidos al debate público, pero parecería que transitamos tiempos en los cuales nos perturba mucho que los demás se expresen. O hay sectores a los cuales les perturba mucho que otro pueda atreverse a decir algo que él nunca diría.

Tal vez lo que nos proporciona internet por primera vez en la historia de la humanidad, es que la libertad de expresión sea un derecho más universal que antes. Me resulta de cierta manera paradójico que los tratados internacionales de derechos humanos tengan tantos años, pero que en el momento en que empieza a universalizarse la expresión resulta aturdidor para personas que ya se expresaban. Es un derecho que nos toca coejercer y es un derecho con el que tenemos que coexistir.

Hay que coexistir con la libertad de expresión de los demás, y creo que el acoso judicial a lo que responde en últimas es a la incapacidad de dar el debate público. Yo creo que judicializar el debate público es una está en los mecanismos para que se haga, pero creo que es perder la oportunidad de dar el debate público.

VB: Mencionabas recién el concepto de “libertad de expresión” y das pie a una de las dos últimas preguntas. Es un concepto que en los últimos años, especialmente en el espacio digital, es tomado y aprovechado por los grupos de odio como bandera para “diga lo que diga, esto es libertad de expresión y también tengo el derecho”. El propio concepto está, de alguna manera, vapuleado porque lo toma obviamente toda la sociedad, inclusive los grupos violentos. 

¿Creés que existen límites que hay que plantear cuando este derecho es ejercido por un grupo violento? ¿Cómo contrasta con la posible regulación o con el derecho supremo de la libertad de expresión?

PJVV: Decir que se tiene legitimidad para discriminar es tan absurdo como decir que se tiene legitimidad para censurar. De la misma forma que la Relatoría de la libertad de expresión no puede estar de acuerdo con la censura porque sería algo contrario a su mandato, tampoco puede estar de acuerdo con la vulneración de cualquier otro derecho, [ni con que se use] la bandera de la libertad de expresión [para] en realidad tramitar o legalizar una discriminación.

La Oficina que yo en este momento lidero hace parte de un organismo que es la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y tiene que velar y promover un decálogo de derechos humanos donde el derecho a la igualdad existe y donde la discriminación no cabe. Estos derechos tienen que armonizarse. No es poner un derecho por encima del otro para justificar la vulneración de ese otro derecho. Ahí sin duda hay debates interesantes, debates muy intensos.

No quiero con esto que estoy diciendo plantear que está todo muy claro. Es una afirmación [para aclarar] que no será ésta la Relatoría sobre la cual se base la justificación para una acción discriminatoria. Esta pretende ser una Relatoría que avance en la amortización de derechos, porque además, la libertad de expresión es un derecho que es instrumental a la garantía de otros derechos.

Hoy en día, y tú lo mencionas al principio, hay protestas en varios países de la región, algunas de ellas asociadas a causas contra la discriminación. Es muy importante garantizar la libertad de expresión en ese tipo de escenarios y la libertad de expresión es en sí misma un motor para luchar contra la discriminación.

VB: Cada 2 de noviembre se conmemora el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad, ¿cómo se puede romper con este esquema de crímenes no resueltos? 

PJVV: Yo creo que hoy hay muchas más herramientas, muchos más actores que hace 30 años. Y lo digo con propiedad porque la fundación en la que yo trabajaba hacíamos seguimiento a casos de las últimas tres décadas. Podemos advertir cómo la impunidad es la regla y la justicia la excepción. Creo que eso es importante. La Relatoría en estos temas trabaja muy en alianza con la UNESCO, el organismo de las Naciones Unidas que lidera la agenda global del 2 de noviembre.

Hay avanzadas muchas acciones con respecto, por ejemplo, del apoyo a poderes judiciales en materia de formación para que cuenten con mayores herramientas para sortear casos de lucha contra la impunidad. El desarrollo  de investigaciones, estándares, discusiones alrededor de este tema que permiten avanzar en la búsqueda de justicia. El escuchar muy atentamente lo que hace la sociedad civil, el trabajo que hace la prensa.

Uno puede hablar de la impunidad judicial, y en este escenario resulta también esperanzador que el periodismo sea un sector que no olvida a su gente. El periodismo tiene muy presente el derecho a la memoria. Hay un trabajo de muchísimos años de impunidad de la Sociedad Interamericana de Prensa y muchas otras iniciativas para que esas historias permanezcan, para que se siga reclamando justicia. En ese sentido, la Relatoría es un actor que está llamado a esa conversación, a apoyar a los Estados y a también a visibilizar que la impunidad sigue siendo un fenómeno vigente.

VB: Muchísimas gracias, Pedro, por esta entrevista; por este encuentro para IFEX con las respuestas a muchísimas preguntas que tienen que ver con la agenda que vas a tener a partir de ahora con tu nuevo cargo.

PJVV:  Vanina, muchas gracias. De verdad que para mí es reencontrarme con buena parte de lo que he trabajado en la red IFEX. Desde la Relatoría quedamos muy disponibles también para seguir avanzando en esa agenda de libertad de expresión.

VB: Muchísimas gracias.  

 

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